Estimad@ Lect@r,
En una publicación anterior mencioné la importancia de incrementar nuestra inteligencia social con el fin de lograr una mejor comunicación con los que nos rodean y desarrollar relaciones armoniosas y duraderas.
Hice hincapié en que para que podamos comunicarnos efectiva y afectivamente era necesario conocer a las personas, conocer sus prioridades, intereses y necesidades, así como también hablarles en su propio idioma, en su propio lenguaje.
En esta ocasión quiero compartir algunos alcances que nos permiten descubrir el “lenguaje” de los que nos rodean.
A través de las palabras expresadas por cada ser humano podemos darnos cuenta qué le motiva, cuáles son sus prioridades y cuáles sus necesidades. De la misma forma, podemos identificar e lenguaje que manejan.
Sabemos bien que cada ser humano es diferente. No existen dos seres iguales. Algunas personas se parecen a otras o comparten intereses comunes, pero nadie es igual a otro.
De la misma forma, los seres humanos hablan un lenguaje específico que los caracteriza y que además corresponde a su tipo de comportamiento.
Cada tipo de comportamiento tiene características, prioridades, necesidades emocionales e intereses específicos. Asimismo, tiene un “lenguaje” diferente según la cosmovisión o percepción del mundo de cada individuo.
De hecho, el Dr. Kahler en 1982 descubrió que cada persona prefiere comunicarse de diferentes formas dependiendo de su personalidad o tipo de comportamiento.
Es por ello que, para que podamos comunicarnos efectivamente, es necesario que aprendamos a hablar el lenguaje que los demás utilizan para expresar sus pensamientos y sentimientos.
Esto nos ayuda a sintonizarnos en su misma frecuencia.
Además, sea el ámbito en que nos desarrollemos, el hecho de hablar el lenguaje de quienes nos rodean, permite que nuestro mensaje sea “oído” y además se realice la acción que esperamos, ya sea en nuestra casa, en la escuela, en el centro de estudios o centro laboral, etc.
Esto es como cuando tenemos frente a nosotros a alguien que habla una lengua diferente, como por ejemplo, inglés. Si queremos que esta persona que habla inglés nos entienda y realice lo que queremos que haga, entonces necesitamos hablarle en inglés. Lo mismo sucede en el proceso de la comunicación efectiva, que es la verdadera comunicación, al fin y al cabo.
Lo curioso de conocer a las personas, es decir, de conocer su tipo de comportamiento, de personalidad y su lenguaje, permite predecir su forma de reaccionar ante diferentes situaciones o circunstancias de la vida diaria.
Ahora bien, es necesario recalcar que ningún grupo o lenguaje es mejor o peor que otro, simplemente son diferentes. Además, cada grupo tiene características, fortalezas y debilidades específicas.
Por lo general, vemos las debilidades de un ser humano en situaciones negativas o de tensión, debido a que sus necesidades no son satisfechas positivamente. Cuando las personas están en tensión, no son capaces de pensar claramente, enmascaran sus verdaderos sentimientos y muestran comportamientos predecibles negativos. Esto, por lo general, nos trae como consecuencia una incomunicación o pérdida de comunicación o entendimiento.
Cuando hablamos a las personas en su lenguaje podemos ayudarlas a que en situaciones de tensión respondan positivamente y logremos una comunicación efectiva y afectiva.
Recuerda que tu IS (Inteligencia social) y no tu IQ (inteligencia cognitiva) te cualifica para interactuar efectivamente con los que te rodean.
Ahora bien, ¿Cuáles son los tipos de comportamiento humano?
Para fines didácticos utilizaré los colores: azul, rojo, amarillo y verde, para señalar los tipos de comportamiento humano. El siguiente cuadro nos muestras algunas de sus fortalezas generales así como su forma de percibir el mundo:
Características de los Tipos de Comportamiento Humano
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Tipo
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Fortalezas
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Percepción
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Azul
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creativo, espontaneo, juguetón
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reacciones
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Rojo
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dominante, dedicado, decisivo
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acciones
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Amarillo
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apoyador, encantador, pacificador
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emociones, inacciones
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Verde
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cauto, competente, lógico
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pensamientos, opiniones
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Es necesario que identifiquemos nuestro color primario y secundario, pues eso nos ayudará a identificar el de las personas.
Y aunque la mayoría de las personas son predominantemente de un tipo, la realidad es que todos tenemos de los cuatro grupos, variando en cada una el porcentaje de dominancia, con lo cual tenemos el potencial de hablar los lenguajes de los cuatro tipos de comportamiento.
Estos lenguajes están basados en la forma cómo las personas reciben y procesan la información (o mensaje recibido).
Cada ser humano habla uno o dos lenguajes fluidamente y que corresponden al tipo de comportamiento de dominancia primaria y secundaria, y que son los que se desarrollan mejor que los otros. Esto significa que para que una persona se comunique efectivamente con los que le rodean necesita un mayor esfuerzo en hablar el lenguaje que no maneja fluidamente y que es hablado por los demás.
Por ejemplo, se espera que los estudiantes que hablan el lenguaje correspondiente a su grupo predominante y que coincide con los de sus maestros en la escuela tengan un mejor rendimiento escolar.
¿Cuál es la razón? Muy simple. Comunicación efectiva.
Si un maestro es de tipo verde y tiene un estudiante que también es verde y maneja ese lenguaje fluidamente, entonces tanto para el maestro como para el estudiante la comunicación será más simple, natural, y fluida, dado que ambos hablan el mismo idioma.
Lo mismo sucede en el centro laboral o en el hogar.
Si queremos que haya una comunicación efectiva, necesitamos aprender a utilizar el lenguaje de los demás, poniendo nuestra mejor actitud y el mayor esfuerzo, podemos lograrlo.
En otras palabras, sin importar qué lenguaje hablemos, sea azul, rojo, verde o amarillo, necesitamos descubrir y hablar el lenguaje de los que nos rodean para comunicarnos efectiva y afectivamente. Con ello podremos obtener mejores relaciones humanas y vivir en armonía y prosperidad.
Tanto padres como maestros jugamos un rol de influencia en la vida de los niños. Esta influencia durará por toda la vida. Y de la manera cómo nos comunicamos con ellos dependerá que la influencia sea positiva o negativa. Descubrir el lenguaje de los que nos rodean es imprescindible para influenciar positivamente en los demás.
Descubrir el lenguaje de los que nos rodean es incrementar nuestra inteligencia social.
¿Cómo descubrir el lenguaje de los demás?
Una manera muy fácil de empezar a descubrir el lenguaje de los demás es prestando mucha atención a lo que dicen.
Por ejemplo, las personas azules utilizan frecuentemente expresiones como “Mira”, “esto me gusta”, “esto me encanta”, “detesto/odio esto”, usan el humor, hacen comentarios como “a mí tampoco me gusta”, “eso es fantástico, estoy contigo”, etc. Para sintonizar con un azul es preciso usar el humor al hablar y/o preguntarle “¿Te gusta…?”, o usar declaraciones que le permitan expresar activamente sus gustos o disgustos.
Las personas rojas, por su parte, utilizan expresiones como “en consecuencia…”, “hablen menos”, “basta de tanta palabrería, vamos a la acción”, “la mejor acción”, “hagámoslo”, “Hagamos que suceda”. Por lo general se expresan en imperativo. A ellos les gusta la acción rápida, así que “a poner manos a la obra sin tanto parloteo”, les oirás decir. Como maestra o padre/madre de un rojo podrías decir, “Diez minutos para hacer esto”, “Tú quieres acción, tengámosla”, etc.
Por su parte, podrás oír a las personas amarillas decir frases como “Me siento…”, “desde el fondo de mi corazón”, o referencias sobre la familia, emociones, amor, felicidad, compasión, armonía, etc. Cuando estás frente a un amarillo, es preciso hacerle sentir que te importa por quien él/ella es.
Por último, las personas verdes por lo general expresan frases como “creo”, “yo pienso”, “yo opino que…”, “Me parece”, “Nuestras opciones son…”, “deberíamos”, etc. Para comunicarte efectivamente con un verde es preciso decir, “en tu opinión, …”, “ ¿Qué piensas acerca de..?” “ ¿Tienes alguna idea acerca de…?”, preguntar información lógica acerca de ¿Quién, Qué, Cuándo, Dónde y Cómo?”.
En mi caso, aunque el color azul no predomina en mí, estoy muy familiarizada con él. Mi niño es azul y constantemente me expresa lo que le “gusta” o lo que le “disgusta”. Le encanta hacer frases humorísticas y todo lo ve juego, por lo que constantemente “jugamos”, incluso cuando le ayudo a hacer la tarea.
Mi amiga también es azul y es muy notoria su facilidad de palabra y constante uso del humor en sus conversaciones, y esa es la manera cómo nos comunicamos efectivamente. Al principio me costó trabajo aprender a usar este tipo de lenguaje, pero ahora que ya estoy familiarizada con él, me parece muy divertido.
Cada vez que un azul me rodea, ya sé que necesito poner a juego mi creatividad lingüística o, simplemente, escuchar las frases de mi interlocutor para repetírselas y comunicarnos efectivamente.
Mi relación con mi niño es bastante buena debido a que logro entrar en empatía y comunicarme con él usando su idioma.
Bueno, allí tienes algunas ideas con las cuales puedes empezar a descubrir el lenguaje de los que te rodean. Así que papel y lápiz.
Te recomiendo que anotes en un papel las palabras y características de las personas con las que convives a diario, sea en tu hogar o centro laboral. Identifica cada una de ellas y compáralas. Luego, empieza por usar lar mismas frases con cada una de ellas.
¿Te gusta la idea? ¿Qué opinas de hacer este ejercicio? Sé que te sentirás feliz haciéndolo, así que… ¡manos a la obra! ¿Te atreves? Si deseas puedes compartirme tu experiencia.
A tu servicio siempre,
Fortuna Alcocer.
Desarrolladora de Talleres de Inteligencia Social
Desarrolladora de Talleres de Inteligencia Social